martes, 19 de enero de 2010

Inconsciente...

Nuevamente atacan mis sueños... Y esta vez no fue sólo uno... sino dos...

¿Cómo es posible que logre diferenciar un sueño de otro?
Realmente no lo sé... Sólo no siento que el intervalo de tiempos entre sueño y sueño haya sido considerable como para que pueda tomarse como un solo sueño... además de que los sucesos y circunstancias no se prestan para ello...

He aqui el primer sueño:


"Baile, confusión... sangre..."


Gacktzita se encontraba sola... en un bosque, o al menos eso parecía ya que había árboles y espesa vegetación... pero el sitio era completamente distinto a lo que conocemos...
El suelo que pisaba era cálido, ella podía sentirlo con sus pies... se encontraba descalza...  Dicho piso de igual modo estaba liso, era de mármol... Y los árboles eran blancos, hechos de marfil.

Dicha belleza a simple vista podía ser juzgada como manufactura humana, sin embargo, al acercarse a tocar tan finos árboles uno podía sentir, a pesar del tacto frío que provocaba el material, la vida que corría dentro de ellos. Al mirarlos de cerca, uno podía ver a lujo de detalle las marcas que tienen las hojas, las cuencas y zarcos que hay en la madera de un árbol real, la poca uniformidad y simetría entre la distribución de las ramas...
Sin duda alguna eso era creado por la naturaleza... Ni los más ilustres escultores griegos ni los mas sofisticados de nuestros tiempos podrían ser capaces de lograr tan perfecta armonía natual... Simplemente sus ojos se halagaban ante tal belleza...

Mientras Gacktzita se encontraba admirando lo que se encontraba a su alrededor, fijó su mirada en un punto que ella no había notado: A lo lejos se veía una especia de cúpula, del color de la espuma de mar y un extraño resplando detrás de esta. Sin dudarlo, ella caminó hacia la dirección que la llevaba ante su descubrimiento...

Al estar al final del bosque salió de entre la vegetación y la bóveda que formaban los árboles y el resplandor cegó a Gacktzita momentaneamente. Cuando sus ojos se acostumbraron pudo observar bien la cúpula que vió desde dentro del bosque, y pudo ver que lo que en realidad era no era más que una especie de capilla...

Decidió entrar. La parte interna se veía lúgubre... muy oscuro pese al resplandor exterior, sin embargo se veía bastante acogedora y tranquila...
Gacktzita caminó hacia el altar... caminó cautelosa... ya que dentro de dicha capilla no había ninguna figura, pintura o abalorio que demostrara que se profesaba religión de cualquier culto en ese lugar... eso le pareció muy extraño, sin embargo ella continuó admirando la arquitectura barroca que representaba el sitio.
Detrás de ella, apareció un hombre que Gacktzita jamás había visto... Era un hombre muy alto, de tez blanca y cabello negro ondulado, razgos finos y edad media...

El se dirigió a ella de una manera respetuosa, saludandola cortesmente con un beso en la palma de su mano...
-Buenas tardes, veo que haz llegado un poco tarde.
-Buenas tardes... tardes... ¿tarde? No creo haber llegado tarde, sólo vine, no tengo rumbo fijo vago por el bosque como cuando la gente vaga en sus pensamientos y me admiro de la belleza del sitio. Disculpa, ¿qué lugar es éste?
-A su debido tiempo lo sabrás. Nadie llega aquí por coincidencia ni por destino. A tu debido tiempo comprenderás todo...

Ante eso, ella decidió salir de allí, haciéndole a ese hombre un ademán de despedida... Nunca le preguntó su nombre...

Al salir, nuevamente el resplandor le lastimó los ojos, pero esta vez menos que la primera...
Ella buscó el origen de dicha luz tan cegadora... y lo encontró...
A unos cuantos metros adelante de la capilla se veía un bosque... idéntico al del cual ella había llegado...
Se acercó... y lo que vieron sus ojos fue extraordinario: Ella notó que no era un bosque idéntico al otro, y no se encontraba frente a una ilusión... estaba frente a un espejo... uno muy grande...
Éste se encontraba desde el piso (o quizás más abajo) y si uno veía hacia arriba, el espejo no parecía tener fin... de igual modo hacia los costados... El espejo era infinito... Y el resplandor era como el sol... sólo que de color negro... se reflejaba desde el oeste en el espejo...

Nuevamente los impulsos de Gacktzita actuaron sobre ella y se dirigió hacia la dirección del resplandor...

Ella caminó realmente mucho, siempre pegada al espejo, tocándolo... revisando si no había manera alguna de traspasarlo... pero no... Cuando anocheció, ella se percató de algo nuevo... ella nunca vió su reflejo en ése espejo infinito...
Ante eso, ella se desconcertó... tocó el espejo, lo golpeó... incluso quizo destruirlo... pero nada funcionó...
Decidió restarle importancia y siguió hacia el resplandor, que debido a la obscuridad, era más tenue.

Cuando llegó a lo que quedaba de brillo, se encontró ante lo que pudo haber pasado como un salón de fiestas... Era de enormes dimensiones... y su construcción era de ónix puro... tallado y pulido de tal manera que de no haberlo visto Gacktzita con sus ojos creería que era mentira...

Se acercó a las puertas de vidrio color humo que habían frente a ella y las abrió.

Ella creía que cuando ella mirara dentro encontraría un lugar lujoso adornado con miles de flores y reliquias ostentosas, sin embargo no fue así.
Cuando ella entrá al recinto se dio cuenta de que no era más que un recinto "vacío"... Vacío porque no habñia lo que ella esperaba encontrar, pero había algo quizás aún más interesante: habían estalagtitas y estalagmitas incrustadas por todas partes... De diamante cortado... Tan filosos los cortes y las puntas que de no ser por tal belleza cualquier persona habría quedado aterrada...

Pese a todo instinto de supervivencia Gacktzita entró al salón... Empezó a sonar una melodía con violín y piano, a lo cual ella no se resistió y comenzó a bailar...

Su cuerpo y sus pies se movían inconscientemente, sin embargo la parte de la cordura le decía que eso era una locura... No parecía eso haber importado, así que su cuerpo continuó bailando.
Gacktzita lucía un vestido largo de color negro, muy holgado y vaporoso...
y al dar vueltas al ritmo de la música, los diamantes razgaban lentamente su vestido... y de vez en cuando la piel nívea de la pequeña Gacktzita...

Cuando la melodía se encontraba en su clímax, Gacktzita ya había danzado por todo el salón y ya se encontraba al fondo del mismo... Frente a ella había una estalagmita enorme... más grande que las otras... Aquellas parecían inofensivas y de juguete a comparación de ésta última...
Gacktzita no dejó de bailar...
Al finalizar la melodía... ella instintivamente abrazó aquel trozo de diamante... Cortándose lentamente... Su piel dejaba de verse blanca por la sangre que corría sobre ella y lentamente se desvaneció... Quedando en el suelo, sobre su líquido vital... Apagándose la melodía de su corazón...

Al final... Su cuerpo se enfrió y todo quedó en una oscuridad total...



"Reflejo"

Era de noche... Una noche negra sin luna y sin estrellas...
Gacktzita se encontraba desorientada... se sentía agotada y agitada, justo como si hubiera estado corriendo... o como si hubiera escapado de algo... Su adrenalina estaba a flor de piel... casi podía respirarse... En su mirada podía verse la confusión... Era lógico... estaba perdida.

Caminó sin rumbo entre la oscuridad... apenas si lograba ver su mano frente a ella y eso la inquietaba...

Estuvo durante un largo tiempo vagando sin rumbo, quizás en círculos, quizás sin sentido, pero ella no podía detenerse... No quería. Había algo dentro de ella que no se lo permitía.

Sin darse cuenta, entre su desesperación y su agotamiento chocó contra algo duro y liso... Una casa... O eso parecía...
Con sus manos se ayudó para sentirla, buscaba una puerta para poder pedir ayuda... o asilo...
Cuando encontró lo que sería una manija, alguien la abrió desde adentro.

En el momento que iba a presentarse, la interrumpió la persona que le abrió:
-"Gacktzita, es tarde, no es bueno perderse a estas horas, uno nunca sabe quien será nuestro verdugo"

Desconcertada, fue arrastrada hacia adentro... Pese a que ella no recordaba haber estado alguna vez en ese sitio, sintió un aire de familiaridad.
Empezó a inspeccionar el lugar... El ambiente interno era agradable, con estructura gótica y tonos lúgubres en color vino y una alfombra de terciopelo de color morado... Alrededor haía muchos candelabros con velas encendidas, una estancia muy amplia y al frente y al fondo unas escaleras que empezaban en el centro, se abrían a los costados y llevaban a 2 sitios diferentes... en la pared que quedaba de entre las escaleras encontradas había un espejo del tamaño de la pared...

Gacktzita sintió una punzada en el pecho al momento de ver tal espejo... y pese al dolor que este le causaba ella se acercó al inicio de las escaleras para comenzar a subirlas y llegar al espejo...
mientras ella iba subiendo podía ver como se reflejaba en ese espejo...

Notó que del otro lado del espejo se veía lo mismo que del lado en que ella estaba, sólo que cambiaba la gama de tonos de la habitación... de ese lado era más bien un rojo óxido el que predominaba... y las escaleras alfombradas de terciol¡pelo eran blancas... un contraste totalmente diferente...

Siguió subiendo... mirando fijamente todo lo que se veía en el espejo... de pronto... cayeron plumas de todos colores desde la parte de arriba... Gacktzita extendió sus manos y tomó las que caían hacia ella... siguió subiendo con sus adquisiciones en las manos... y al ver al espejo, notó que del otro lado en sus manos no habían plumas... sino piedras...

El dolor en su pecho aumentó, pero eso no la hizo retroceder...

cuando estaba ya muy cerca de estar frente al espejo, sintió humedad en sus pies (nuevamente estaba descalza) y tocó con ambas manos la alfombra color morado... efectivamente, era agua lo que ella había tocado... así que secó sus manos en el vestido que ella llevaba (ésta vez era de color blanco y hasta las rodillas) y al verse al espejo notó que del otro lado no era agua... sino sangre lo que había tocado...
Ella corrió hacia el espejo... quedando frente a frente... mirando sus manos en el espejo... las piedras en el suelo... la alfombra blanca manchada de sangre... y cuando ella se miró a si misma, analizando su cara... empezó a llorar... Tapó su cara con ambas manos y se puso de espaldas a su reflejo...
cuando abrió los ojos, se dio cuenta de que el ambiente que veía era el que se veía tras el espejo... volteó hacia el mismo y se dió cuenta de que el espejo siempre reflejó la verdad y ella misma había modificado su realidad...
Y allí se quedó Gacktzita... se acostó frente al espejo, viendo su reflejo sombrío... sin tomar desición de bajar o seguir por alguna de las 2 escaleras...


...

Y al cerrar los ojos en mi sueño... desperté...

Miré el techo... mis manos... Tenía acalambrado todo el cuerpo... y sabor a óxido en mi boca...

No entiendo el motivo de tantos sueños tan extraños y tan repentinos...

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