martes, 22 de marzo de 2011

"Alas para volar"

Hace mucho tiempo, cuando yo era una niña pequeña, le dije a mi madre que quería poder volar, atravezar el viento con mi cuerpo, sentir la libertad de despegar mis pies del suelo y poder llegar hasta donde yo quisiera... A lo que ella triste, pero con un tono de voz dulce me dijo: -"¡Ay Bere!, se necesitan alas para volar"-
Y así fue como mis deseos de volar se desvanecieron en la azul inmensidad y me quedé pegada al suelo... Inmóvil como un árbol, echando raíces como un sauce y con mis hojas caídas como las lágrimas de las salicáceas.
El mundo giraba en torno a las deciociones que mis raíces me decían que debía de tomar y siempre envidié a aquiellas aves con largas alas que revoloteavan felizmente a mi alrededor y que descaradamente se posaban en mis ramas y se alimentaban de mis frutos.
Un día conocí a un gato, un Gato Azul, pero no era un gato como los demás ya que éste, además de poseer una inteligencia nata, poseía astucia, desición y determinación. El era tan ágiil y flexible tanto en cuerpo como en mente.
Ese gato llegó a mi, sin esperarlo y de la nada, se posaba en mis ramas y repegaba su estilizada figura a mi robusto tronco, ronrroneandole a mi alma y afilando mis sentidos. Sin darme cuenta me enamoré de él.
Un día mi amado Gato Azul se sentó a la sombra de mis ramas y a las faldas de mis raíces, justo hacia donde debería encontrarse mi rostro. Él era tan cálido y confortable que sentí paz en mi corazón de madera. Su ronrroneo era tan dulce que me hizo recordar momentos agradables de la infancia, en donde yo corría y sentía que volaba... sentía que volaba...
Mis ramas cayeron más de lo que habitualmente y el gato azul se dió cuenta de ello, se dio cuenta de que estaba llorando. A esto, se acercó a mi y con su nariz húmeda, delicadamente se encargó de retirar mis caídas ramas de mi rostro. 
Y allí se quedó, acompañando mi dolor hasta que éste se apaciguara. Cuando por fin cesaron las lágrimas de mi alma el gato azul me preguntó el motivo de mi tristeza. Le conté mis deseos inútiles de volar y mi incesante deseo de libertad... a lo que cité la frase que mi madre me dijo para mantenerme en la tierra "Para volar se necesitan alas".
El Gato escuchó atentamente cada una de mis etéreas palabras y observó con esos penetrantes ojos verdes cada una de las grietas de mi lastimada alma; al final solo sonrió y me dijo: -"Te equivocas, para volar no necesitas alas..."-
No puedo imaginar como fue la expresión de mi rostro cuando el Gato me dijo esas palabras, solo sé que tuve sentimientos encontrados y sentí en mi cuerpo ortotrópico un viento helado que recorrió mi espalda y antes que pudiera yo decir alguna palabra el Gato me dijo: -"Puedes volar, quizás no como las aves, porque no posees alas, pero en tu imaginación puedes hacerlo y puedes llegar incluso más lejos que esas tontas aves. Vuela, sueña y aterriza tus deseos... convierte tus deseos en metas y cuando cumplas tus metas, alcances tus sueños y cumplas tus deseos encontrarás la misma sensación de el poder volar."-
Ese día todas mis hojas se secaron y cayeron, mis raíces fueron arrancadas y mi corteza se desvaneció con el viento... 
Cerré mis ojos y abracé al Gato Azul... El era aún más cálido de como yo lo había sentido tras esa cáscara que me envolvía. Al abrir los ojos la luz lastimó mis ojos, no había notado que mis ramas tapaban esa hermosa luz y llenaban mi ser de sombras.
Había vuelto a nacer.
El gato azul me suzurró al oído -"vamos a volar juntos"- y me sumergí en un mundo de sueños infinitos y de metas...
El Gato Azul... Mi Gato Azul me enseñó a volar sin alas.

3 comentarios:

  1. Muy bueno reflexivo y con pequeño grado de dificultad literaria... me agrada me agrada (y) :) sigue asi pequeña Gakctzita que estas volando muy alto!

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  2. Pero no debes culpar a tu madre de que ella tuviese poca imaginación y que el peso de los años le hubiese reventado algunos sueños también.
    Después de todo el volar también es algo así como el deseo de superación de todo ser humano, de progresar, de expandirse, de viajar, etcétera (bueno diceen, diceeen).
    Siendo sincero, creo que todos en algún momento de nuestra infancia quisimos volar, volar literalmente.
    Cuando era niño también, aunque también pase de pensarlo a intentarlo.
    Primero, cuando se venía "el norte" las tormentas, tomaba una sombrilla en cada mano y daba pequeños brincos cuando el viento arreciaba. EN ocasiones de esas bolsas grandotas. Y sí...en efecto, el viento me hacía elevarme escasos centímetros del suelo por unos segundos. Aunque el desplazamiento era más lateral, horizontal, que vertical, haha.
    Ya después intenté metiéndome en esas ondas de la new age, el yoga, la meditación, parapsicología (jah, eso se escucha muy mamila) tratando de lograr la levitación y el viaje astral. Cosa que pues...pasan cosas pero como dice tu gato azul, es la imaginación, la visualización tan poderosa.

    Pero ya, volviendo a tu escrito, que triste que te hayan cortado las alas, fue algo un poco cruel, pero piensa que por algo suceden las cosas. Si tu progenitora te hubiese dicho que si era posible volar, quizá lo hubieses intentando tirándote de la torre latino. Y quizás si hubieras volado. Hasta la estratosfera y más allá.

    Es triste ¿no? desmoralizante, que alguien que aprecies, que quieras, que estimes, que admires, que sigas, que ese alguien te desilusione diciéndote "no, no, eso no" "sé realista" y te hagan creer que uno viene al mundo a sufrir, a ser un sauce, u peor que eso, alimento de gusanos.
    Sólo recuerda Gackzita, que eres artista, que tienes un gran talento artístico, de verdad, admiro realmente tu gran capacidad para diseñar y dibujar fácil y rápido. Y luego viviendo en la ciudad de los sueños rotos en el país de los corazones rotos y los cerebros fundidos.
    Que bueno que tu gato azul te haya ayudado a levantarte, a sutilizarte, para darte cuenta de que es posible volar, que aquellos que no tienen sueños y metas son cadáveres. Y tú estás llena de vida, carisma, belleza física e inteligencia. Mucha inteligencia. Ah,sí claro y sobre todo creatividad.
    Que seas feliz con tu gato azul, y muchos saludos y abrazos, Gacktzita, aprende de ese gran país asiático que admiramos, su cultura de levantarse y seguir a pesar de las madrizas. La obstinación de llegar a ser. Sé.

    Bueno, ya escribí mucho.
    Te deseo felicidad, a ti y a Allastor y a Daniel Cat San XD.¿Cómo vas con eso? =D!
    Hasta pronto Angélica, la paz sea contigo, todos los antiguos espíritus del bien. Mwahaha!

    Mucho amor y mucha paz!

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